Valores deportivos

Victorias famosas, hazañas que baten récords y ejemplos sublimes de destreza individual: éstas son las cosas que ocupan los titulares deportivos. Sin embargo, detrás del éxito de cada deporte hay una historia de trabajo duro, liderazgo inspirado y mentalidad de equipo que se combinaron para hacerlo posible.

Estos atributos también pueden aportar beneficios en el trabajo. Hemos preguntado a dos colegas de Capgemini que compiten en deportes cómo se aplican en el trabajo los valores aprendidos en el campo de entrenamiento. Estos son sus principales consejos.

Todo para uno y uno para todos

¿Cómo debe ser un buen líder de un equipo deportivo?

Uno de los requisitos, afirma Yuta Tajima, consultor asociado de Capgemini en Tokio y gran aficionado al rugby, que juega de medio scrum, es tratar a todos los miembros del equipo por igual. “

El jefe de equipo coordina al equipo y une a todos, pero para ello hay que mirar a los miembros del equipo a los ojos. En Japón es popular la frase “todos para uno y uno para todos”. Es un concepto clave cuando se juega al rugby. Si un equipo marca un ensayo, nunca se trata sólo del jugador que lleva el balón al otro lado de la línea, porque -antes de ese momento- el balón ha pasado de una persona a otra. Todos los miembros del equipo están implicados. En el trabajo ocurre exactamente lo mismo”.

Un equipo es una combinación mágica

Prashant Shukla es miembro del equipo nacional de críquet de Suecia y arquitecto de Pega en Capgemini, Estocolmo. Cuando no está trabajando, juega al críquet. “El críquet es un juego de equipo”, dice, “y a veces la gente es mejor en unas partes del juego que en otras. Por ejemplo, yo soy principalmente un lanzador de efecto y sé dónde mis habilidades pueden afectar al juego. Otras personas del equipo tienen habilidades diferentes, como los lanzadores rápidos o los guardametas. Eso es lo que hace al equipo.

En el trabajo, puede tratarse de contar con miembros del equipo de diferentes culturas u orígenes profesionales. Para la ejecución de proyectos, puede ser que algunas personas tengan la cualidad de ser buenos desarrolladores; otras, buenos gestores o buenos probadores. Individualmente se pueden hacer muchas cosas, pero cuando se reúne un equipo se puede avanzar de verdad. Sólo juntos se puede hacer magia”.

Ocúpate de las pequeñas cosas

“En nuestro equipo de rugby, uno de los jugadores más veteranos suele llevarse el balón de rugby a casa después de entrenar”, dice Yuta. “El trayecto para él es de una hora y media desde el centro de Tokio, pero se toma la molestia de cuidar el balón y traerlo de vuelta la semana siguiente. Como se toma la molestia de hacer esto tan sencillo, sabemos que podemos confiar en él”. Cuando se trata de ganarse la confianza, estas pequeñas cosas importan y aportan seguridad con el tiempo”.

Encontrar lo natural y auténtico

“En la India, donde crecí, el críquet es casi una religión”, dice Prashant. “La gente lo adquiere desde que nace. Casi no hay que enseñarlo. No recuerdo cuándo empecé a interesarme por el críquet, simplemente estaba ahí.

Cuando algo está profundamente arraigado en nuestro interior y se convierte en nuestra cultura, hacerlo se siente natural y auténtico. Si puedes llevar esa actitud auténtica a tu vida profesional, siempre estarás dispuesto a aprender y mejorar, y a divertirte mientras lo haces.”

Seguir aprendiendo

“En el trabajo, cuanto más se aprende, mejor”, dice Yuta. “Pero a veces eso significa aceptar que te equivocarás y que tienes que aceptar las críticas constructivas. Después de un partido de rugby, repasas lo que ha ido bien y lo que no. Es posible que tú y los miembros de tu equipo hayáis cometido errores. ¿Cómo podrías haber apoyado mejor a los demás jugadores? Sin embargo, mientras aprendes, recuerda siempre intentar divertirte y saber que actuar es un paso positivo, aunque no siempre salga bien”.

Adaptarse al reto

“En el críquet, el rival al que te enfrentas, e incluso el tiempo, pueden cambiar por completo el tipo de desafío al que te enfrentas”, dice Prashant. “Como lanzador de efecto, modifico mis lanzamientos en función de quién sea el bateador. Tienes que adaptar tu juego a la situación, y tienes que construir un equipo que pueda adaptarse a lo largo del partido o de una serie de partidos. Eso significa que, sea cual sea el desafío y los factores que cambien, tienes una opción dentro del equipo a la que puedes recurrir para intentar conseguir la victoria. En el trabajo, también hay que ser adaptable y estar abierto al cambio en cualquier momento”.

El espíritu de equipo se gana

En Capgemini, nuestro objetivo es “conseguir el futuro que quieres”. Pero, al igual que en el rugby, para que ese futuro sea para todos, hay que ganarlo juntos: con tus compañeros de equipo, por ejemplo. El trabajo debe ser un espíritu de equipo, pero requiere mucha comunicación para que ese espíritu sobreviva y prospere. La cuestión clave es siempre si los miembros del equipo confían los unos en los otros. La confianza importa más que nada en el deporte, y se desarrolla en el campo y fuera de él. Sólo entonces el futuro será uno en el que todos puedan creer de verdad”.