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Economía circular, un nuevo modelo económico

Jorge Juan Villaverde Illana
22 Jun 2023

La economía tradicional, conocida como la “economía lineal”, consume sin medida demasiados recursos naturales y energía, y produce residuos en grandes cantidades a lo largo del ciclo de vida.

Si planteamos como objetivo el reducir significativamente la huella material de las empresas, productos y sus usuarios, podemos plantearlo a través de 3 vías:

  • Reducir la demanda de energía y materias primas en el suministro, diseño y uso de productos
  • Reutilización de productos maximizando su uso a través de servicios que promuevan la reutilización (p. ej., economía de funcionalidad) y extiendan la vida útil de los productos (p. ej., reparación, renovación, segunda mano)
  • Reciclar productos, componentes y materiales para reinyectarlos en la economía y así limitar el desperdicio y la generación de residuos

Hoy en día, alrededor del 9% de la economía mundial es circular. Una cifra relativamente baja teniendo en cuenta que cada año se extraen 100.000 millones de toneladas de materiales[1].

¿Cuáles son los factores que impulsan a las empresas a seguir el modelo de economía circular?

Cada empresa, sector e industria tiene diferentes necesidades y oportunidades para actuar. Sin embargo, las condiciones actuales requieren una acción inmediata de su parte.

En primer lugar, las empresas tienen la responsabilidad de transformar sus métodos de producción y de uso de sus productos para satisfacer la demanda de los consumidores. Además, la competencia se intensifica: sectores, competidores históricos y nuevos jugadores ya han emprendido iniciativas de economía circular. Por lo tanto, es recomendable no repensar sus actividades en toda la cadena de valor porque corre el riesgo de perder cuota de mercado.

A esta situación se suma el agotamiento de los recursos, una realidad que impedirá a las empresas realizar sus operaciones a medio o largo plazo. Por lo tanto, esto plantea cuestiones importantes de soberanía. Por otro lado, incluso si se refuerza el marco legal, se necesitarían acciones rápidas que alienten a las organizaciones a cambiar a través de restricciones y financiamiento. Por ejemplo, la ley AGEC publicada en Francia en 2020 tiene como objetivo acabar con la comercialización de envases de plástico de un solo uso para 2040. Aunque hoy existe un primer impulso a nivel de bienes de consumo, es en torno a los actores industriales donde se localiza el efecto real de escala.

En última instancia, la economía circular requiere un cambio de mentalidad en torno a la noción de valor añadido, que toma un nuevo significado con el despliegue de modelos económicos alternativos en torno a los servicios.

¿Qué se espera de las organizaciones en este sentido?

Las empresas pueden posicionarse con respecto a cinco puntos principales. En primer lugar, esperamos que impulsen el cambio hacia patrones de consumo responsable ofreciendo alternativas no vinculantes para los usuarios en términos de coste, calidad, accesibilidad y comodidad de uso.

La expectativa también radica en la necesidad de repensar el entorno empresarial a través de la reindustrialización, la simbiosis industrial y la creación de ecosistemas de innovación abierta. Las empresas deben cambiar su forma de hacer las cosas, ya sea en términos de su dirección, de su cultura o incluso fortaleciendo el papel del diseño de producto en la estrategia de la empresa.

También deben invertir en el talento, involucrando a los empleados mediante una concienciación y a través de programas adecuados de formación y culturización. Además, el desarrollo de capacidades tecnológicas y de infraestructura permitiría establecer nuevos modelos de negocios circulares a escala.

¿Cuáles son los campos de acción y ejemplos de iniciativas de economía circular?

  • Compras sostenibles tanto en el uso del suelo como en la elección de los materiales
  • Diseño ecológico incluyendo todas las implicaciones sobre el ciclo de vida del producto en una lógica de mejora de la posibilidad de reparación y reciclabilidad
  • Producto como servicio, como economía funcional, alquiler o arrendamiento
  • Prolongación de la vida mediante reparación, reacondicionamiento o reelaboración
  • Reciclaje y revalorización de residuos

Algunas iniciativas sectoriales emblemáticas ya implantadas por grandes empresas:

  • En la industria automovilística, los concesionarios se están convirtiendo en proveedores de servicios de movilidad
  • En retail, las grandes marcas están poniendo en marcha proyectos de agricultura regenerativa para garantizar una mejor fertilidad del suelo tanto para pastos (esencial en el suministro de cuero, por ejemplo) como para cultivos
  • En el sector de la tecnología y los servicios, proporcionando repuestos para que los consumidores puedan reparar sus productos por sí solos

¿Podemos ser optimistas?

Sí, podemos serlo, porque la economía circular estimula la creación de nuevos modelos de negocios que brindan beneficios que van mucho más allá de los beneficios ambientales. De hecho, su potencial en términos de ingresos se estima en 10.000 millones de dólares en 2030 (es decir, un crecimiento del 0,5% del PIB mundial) y la creación de 700.000 puestos de trabajo en Europa para 2030[2].

Estamos entrando en una fase de aceleración. Las tecnologías se han vuelto lo suficientemente maduras para lograr resultados rápidamente y a escala mediante la optimización del rendimiento de los productos (p. ej., modularidad, trazabilidad, conectividad), operaciones (p. ej., automatización/robótica de procesos, mantenimiento preventivo, asistencia remota) y sistemas (p. ej., virtualización, modelado, flujo y gestión de activos) sin olvidar el aporte trasversal de la inteligencia artificial. Esto requiere acelerar la creación de nuevos modelos comerciales basados ​​en servicios y nuevas cadenas de valor inteligentes basadas en datos.

Para obtener más información, lo invitamos a leer el estudio del Instituto de Investigación Capgemini “Economía circular: cómo las organizaciones pueden alentar a los consumidores a pasar a una economía circular” 2021.


[1] El informe Circularity Gap Report 2019 revela que el mundo solo es un 9% circular y la tendencia es negativa

[2] “Plan de acción de la Comisión Europea para una economía circular”

Jorge Juan Villaverde Illana

Experto en Transformación digital y Sostenibilidad